Jardín sintiente. Flores como bio-constructoras.

1.- ESTRATEGIA GENERAL PARA EL EMPLAZAMIENTO Y EL ESPACIO PÚBLICO PROPUESTO: EL DESCAMPADO JUNTO AL RÍO JÚCAR ES EN REALIDAD UN BOSQUE Y PODEMOS ACOMPAÑARLE A CRECER.

El nuevo espacio público se genera a partir de revelar uno que ya existe. A su vez se potencia en el ecosistema que nos promete. Nos localizamos en un descampado, situado entre el río Júcar (al oeste) y el mercadillo y la urbanización adyacente al Parque de Santa Ana al este. Revelar este lugar como espacio de encuentro entre humanos y más-que-humanos es la señal del comienzo de una urbanidad distinta: una urbanidad interespecies (diseñada no solo para los humanos, sino para más especies) La provincia de Cuenca cuenta con numerosos bosques y es con sus materiales: MADERA, MIMBRE y ESPLIEGO que se construye la pieza de espacio público aquí propuesta, pero además proponemos la regeneración del área y su sucesiva transformación en un bosque de ribera en sinergia con la ciudad. El área se regenera a partir de la facilitación, observación y potenciación de las dinámicas de sucesión ecológica. “Esto que veis aquí, es un bosque si nuestras prácticas urbanas lo permiten ¿empezamos?”

2.- SE INSTALA UN PROTOTIPO QUE NOS ENSEÑA CÓMO DISEÑAN LOS NO HUMANOS. SOLO CAMBIAREMOS NUESTRAS PRÁCTICAS URBANAS SI CAMBIAMOS NUESTROS IMAGINARIOS.

El prototipo es una sencilla estructura de madera que cuenta por una cara con un jardín de lavanda y por la otra con una serie de espacios disponibles (jardineras de mimbre y geotextil) para la vegetación espontánea y sus insectos y animales asociados. Este prototipo se monitoriza en su crecimiento y se mantiene, pero no se diseñan a priori sus plantaciones, salvo en el caso del jardín de lavanda. En su morfología el prototipo es también una “máquina low-tech” de amplificación perceptiva. De él cuelgan una serie de “escamas” de piel interespecies ampliadas. Las escamas son de madera y mimbre, están perforadas con las siluetas de los receptores cutáneos que nos ponen en contacto con el aire, la temperatura, la presión, etc. se representan tanto sensores humanos, como no humanos. (*Ver la maqueta de estas escamas, sus perforaciones y efectos en el último panel junto a la imagen 3D) Las escamas recogen agua, la vierten nebulizada cuando es necesario y crean con sus sombras y proyecciones el espacio ampliado de nuestra supuesta frontera con el mundo más-que-humano (la piel en este caso) que aparece aquí como área primordial de intercambio, no como aislante.

3.- ENCUENTRO SOMÁTICO. EN LOS NUEVOS ESPACIOS PÚBLICOS LOS CUERPOS HUMANOS Y NO HUMANOS SE TOCAN, MANIFIESTAN SU RELACIÓN. SE PRODUCEN ECOLOGÍAS DE LA SENSUALIDAD.

Los campos de lavanda son abundantes en la provincia de Cuenca, además, la lavanda es una especie que nos muestra de forma clara cómo el mundo vegetal diseña el medio para nosotros. Para empezar, nada más y nada menos, ellas, las plantas, son las diseñadoras del aire que respiramos. La lavanda además genera una serie de sustancias aromáticas que afectan especialmente a nuestro sistema nervioso: su olor nos calma. El jardín de lavanda es una inmersión en ese encuentro sensual, químico y ancestral en el que humanos y no humanos compartimos química, materia y planeta. Nuestros imaginarios de separación con el medio desaparecen aquí. Somos juntas: cuerpos y entornos se co-constituyen. Los cuerpos son sus entornos y viceversa. Esto se hace visible no solo por nuestra experiencia sino por la serie de grabados que aparecen en los paneles de madera del prototipo de este lado del jardín. Esos grabados nos enseñan la realidad invisible de nuestros intercambios. En ellos se muestran dibujos de cómo las dinámicas botánicas y fisiológicas construyen juntas nuestro ecosistema y nuestra forma de estar en el. Nos muestran las interacciones que pasamos por alto en nuestro día a día. Nos muestran cómo cuerpos y entornos están entrelazados en las dinámicas ecológicas. (*Ver dibujos en el último panel junto a la imagen 3D)

El JARDÍN SINTIENTE por tanto, es un instrumento para renovar nuestra percepción del medio. Esto es más necesario que nunca en nuestras ciudades y en nuestro espacio público donde debemos cambiar nuestras prácticas para acometer la crisis climática. El JARDÍN SINTIENTE es un instrumento de aprendizaje, observación y transformación. 

Autora: María Auxiladora Gálvez

Lugar: Cuenca, España.

Estado: Proyecto.

Año: 2022