Arquitectura en la Era del Iliggoceno
Arquitectura en la Era del Iliggoceno: Instalación Urbana en Espacio Público y Exposición Internacional
El momento actual que atravesamos, señalado por muchos como el antropoceno, está marcado por un atributo generalizado: el de la desorientación. Los sistemas y normas a los que nos solíamos aferrar están perdiendo vigencia. Las crisis actuales lideradas por la emergencia climática provocan cambios que nos hacen tener que reorientar nuestras prácticas según un contexto impredecible. Esa incertidumbre e inestabilidad, puede ser entendida como un problema o como una oportunidad para dar un viraje y transformar y transformarnos en un modo tal que el medioambiente y nuestras propias acciones se alineen en una voz común. Las prácticas arquitectónicas están a la cabeza de los cambios esperanzadores que tenemos en nuestra mano proponer. La arquitectura ostenta un poder transformador enorme para afrontar los retos del Iliggoceno.
El término Iliggoceno (de ίλιγγος = raíz griega para definir lo desestabilizante o desorientado) nos resulta un término de utilidad paralelo al del antropoceno, capaz de designar con certeza los momentos que atravesamos. Iliggocen– The Age of Dizziness es igualmente el nombre de una serie de exposiciones internacionales que se constituyen además en un foro de investigación a través del arte y la arquitectura. Es desde el comisariado de esta serie de exposiciones que surge este proyecto.
Desde el año 2020 PSAAP colabora en el proyecto internacional “Navigating Dizziness Together” junto a un equipo amplio de investigadores que dirigen Ruth Anderwald y Leonhard Grond. En ese proyecto y otros precedentes se aborda cómo la incertidumbre, el desequilibrio, lo “dizziness”, puede ser una fuente de recursos si la navegamos de forma adecuada desde la filosofía y el pensamiento, la ecología, el urbanismo, el arte, la política, el cuerpo, la arquitectura o los aspectos sociales. Este proyecto es en sí mismo un archivo de herramientas para la era que habitamos así como un reconocimiento de sus características para poder reaccionar a ella.
“Navigating Dizziness Together” en la actualidad, a punto de llegar a su culmen, recibe ahora un nuevo impulso y nuevos fondos a través del Kulturstifung des Bundes, KSB y otros socios cooperantes como KINDL (Centre for Contemporary Art Berli), Kunsthaus Graz, Universalmuseum Joanneum, MSU Museum of Contemporary Art Zagreb o el Kunsthalle Prague para la realización de la serie expositiva Iliggocene – The Age of Dizziness que a su vez continua siendo un modo de indagación y experimentación que produce material específico. En este caso el equipo curatorial está formado por Ruth Anderwald, Leonhard Grond y Sergio Edelsztein.
Para esta exposición se nos encarga una pieza acerca de cómo la arquitectura responde a esta situación del Iliggoceno. La pieza viajará a las distintas instituciones de arte internacionales. La propuesta es que esta pieza se alimente de una instalación urbana situada específicamente en Madrid y de la investigación sobre arquitectura e Iliggoceno que se alojará en ella. A su vez se establece un protocolo para replicar esta instalación en otras localizaciones propiciando conocimiento específico en cada geografía en la que la exposición pueda itinerar. (Para estas réplicas tenemos un proceso abierto colaborativo en el que puedes participar. Escríbenos si quieres formar parte de esta red.)
Instalación Urbana en Madrid
La instalación urbana propuesta para Madrid es la capa base y fundamental de la pieza que viajará en primer lugar a la serie expositiva Iliggocene – The Art of Dizziness. Contiene varios niveles de significado, materialidad y contenido.
Localización
La instalación busca ubicarse en un lugar donde las dinámicas urbanas alcanzan un punto máximo en cuanto a su incertidumbre. También dónde éstas se muestran de forma más descarnada, sin pretender aparentar algo que no son. Estas características las encontramos en los descampados de la ciudad. Más específicamente en aquellos que están en íntimo contacto con su tejido residencial, rodeados por éste, de tal manera que la ciudadanía y su día a día se imbrica con ellos. Estos lugares, cargados de potencial, llevan consigo un deseo de transformación urbana, pero también la presencia de un ecosistema concreto, el de la conquista por plantas pioneras y especies diversas tanto de flora como de fauna, que avanza en el tiempo mostrándonos los paisajes más genuinos de este territorio específico. También contienen las trazas de la actividad humana en forma de contaminantes, basuras o restos de prácticas más virtuosas. De algún modo en su totalidad son una radiografía ecológica. Se observa aquí si nuestros suelos son fértiles, áridos, ricos o contaminados; si el clima permite exuberancia o precariedad; si las especies autóctonas conllevan diversidad o predominancia de invasoras, etc. Es decir, son lugares privilegiados no solo para entender la ciudad – como ya argumentaba Ignasi de Solá Morales en 1999 en su texto Terrain Vague – sino para entender su ecosistema – como también han puesto de relevancia autores como Gilles Clement con su Manifiesto del Tercer Paisaje en 2004 o Matthew Gandy en 2022.
Los descampados son uno de los pocos lugares de la ciudad que evolucionan en el cuerpo a cuerpo con todos los organismos que los habitan. Que evolucionan al mismo ritmo que sus habitantes. No tienen una estructura impuesta mantenida artificialmente, sino que, durante el tiempo que mantienen su identidad, su estructura es el resultado de las prácticas que día a día abrazan. Por ello, son reveladores y frágiles. Es por esto que las evoluciones cotidianas dejan su huella en ellos, son la crónica de la vida que los invade. Los descampados encarnan la revolución, los resquicios de cómo las cosas pueden ser, la potencia, la virtualidad, los cambios. Estos terrenos han tenido numerosas situaciones, han sufrido o disfrutado diversas políticas y sobre todo han sido la pantalla donde se han proyectado múltiples imágenes de cambio, progreso, vuelta atrás, estancamiento, pasados y futuros: numerosas idas y vueltas. Son el lugar al que todos miran al hablar de la planificación. Igualmente los cuerpos que han ocupado estos lugares en el imaginario común han sido marginales o libres, rurales o cosmopolitas, expuestos, sabios o degradados, peligrosos y escondidos en el lugar donde muchos no quieren mirar. Estos lugares han apuntalado su historia y su marco social a trompicones entre crisis y quizás por ello sus trazas y sus imaginarios conservan un material valioso que vale la pena entender para comprender el momento presente y nuestros grados de movilidad en la actualidad.
Estos terrenos los conocemos en PSAAP en profundidad ya que entre los años 2014 y 2022, desarrollamos una investigación en ellos que culminó en la publicación del libro “Descampados. Caminar los Paisajes Revolucionarios en la Ciudad Somática” (2022).
Para la instalación urbana se selecciona uno de entre la red estudiada: el descampado de los polvorines abandonados de Retamares. Por su situación, por los materiales que ya hay allí disponibles y por sus características históricas, geográficas, ecológicas y espaciales. Pero se podría ubicar en cualquier otro punto de la red e incluso exportar a otras ciudades como ya hemos señalado.
Sus características históricas tienen que ver con la anterior presencia de una instalación militar allí. Esta memoria nos pone de frente ante nuestra contemporaneidad cuando tenemos tantos territorios en disputa. Las guerras causan innumerables ecocidios y pérdidas humanas. Este lugar las vuelve también presentes y nos compromete. Por otra parte su geografía es totalmente artificial, configurada según enormes “bañeras” rodeadas por bermas de terreno que en su día evitaban que la onda expansiva de posibles explosiones afectara a otras partes del complejo. Ahora eso se transforma en cualidades acústicas concretas haciendo del lugar un paisaje sonoro de gran potencial. En cuanto a su ecología cabe destacar que el emplazamiento lleva años siendo ocupado por la vegetación y la fauna autóctona contando con la presencia de ejemplares concretos de valor y zonas de enorme resiliencia. La instalación propuesta en forma de jardín potenciaría este avance. Y por último, su espacialidad organizada en niveles permite la inmersión en un área que si bien tiene cerca las edificaciones residenciales, en la cota más baja del complejo éstas quedan al margen de la vista. En esa misma cota nos encontramos igualmente aislados acústicamente. En definitiva, su espacialidad facilita la inmersión en una arquitectura donde nos confrontaríamos con todos estos temas manifestados y a los que nuestra disciplina debe buscar lugar y a ser posible respuesta.
Instalación
La instalación pone a la arquitectura a la cabeza de las respuestas requeridas ante los retos de la crisis climática, la transición ecológica, la morfología de nuestras ciudades, o la pérdida de biodiversidad. La instalación muestra como los sistemas arquitectónicos responden a la Era del Iliggoceno y cómo la arquitectura es el principal interfaz y catalizador entre la población, los actores urbanos y los retos del medioambiente. La instalación acoge la forma de un jardín en el que el cuerpo es acogido en una experiencia ecológica concreta y donde además se tiene acceso a una exposición virtual de proyectos de arquitectura, sistemas constructivos y materiales que tratan de responder a las crisis que el Iliggoceno nos plantea, con la crisis climática a la cabeza. La instalación es un manifiesto didáctico en sí misma, es un paisaje activo que nos afecta de forma somática creando conciencia del metabolismo que compartimos con el planeta. Lleva a nuestros propios cuerpos la experiencia de diversos aspectos involucrados en el cambio climático y sus efectos. Se trata de una instalación portadora de conocimiento y esto es de gran importancia ya que sin conocimiento y sin conciencia de las dinámicas que están en juego, no podremos avanzar en la correcta dirección con respecto a la transformación de nuestras prácticas.
En la realización de esta instalación se utilizan los materiales existentes en el lugar, principalmente ladrillos cerámicos y redondos de acero que podremos reciclar; el otro componente material es un tipo de vegetación específica. En la realización del jardín se usa tan solo una familia de plantas: las de las convolvulaceae comúnmente conocidas como “gloria de la mañana” (morning glory). Esta familia engloba a más de 650 especies. La elección de esta familia es intencionada ya que por sus características nos permite hablar de numerosos aspectos acerca de nuestra relación con el ecosistema que habitamos en la Era del Iliggoceno. Aspectos a los que los ejemplos arquitectónicos que esta instalación muestra dan respuesta. Las arquitecturas contenidas en la instalación se muestran a través de códigos QR en los propios teléfonos móviles de los visitantes.
Algunas de las especies de la familia son consideradas invasoras en muchas geografías, pero a su vez son plantas portadoras de insecticidas naturales, se usan en medicina, son pioneras en adaptaciones frente al cambio climático, permiten la producción de alimento, generan refugios frente al calor extremo y ayudan a limpiar el suelo de contaminantes entre muchas otras de sus posibilidades. La controversia que generan estas especies (entre la invasión y el cuidado y el beneficio) puede ser un espejo en el que mirarnos los humanos. De esta forma el jardín propone un entorno en el que nuestro cuerpo se articula en el encuentro con estas plantas de manera cercana. Para este fin en el jardín se articulan diferentes áreas:
1/ Área caminable: nos permite movernos y observar el paisaje construido. Este paisaje se configura además de con las plantas ya mencionadas, con materiales reciclados – presentes en el lugar – que son masivamente conocidos por protagonizar la construcción de nuestras ciudades, como hemos comentado: ladrillos y redondos de acero. Serían limpiados y quedarían listos para su nuevo uso. Si bien no se pretende aquí en ningún caso construir formaciones masivas con ellos (no habrá obras de albañilería), sí se usarán para extenderlos sobre el terreno del aérea caminable – creando un pavimento poroso – y para crear ámbitos de organización de la vegetación. Los ladrillos en la base, en su unión a la tierra, y los redondos propiciando las estructuras ligeras capaces de sustentar el camino y crecimiento de las trepadoras formando áreas de sombra. Por decirlo de forma breve la instalación se configura como una ruina de nuestras acciones conquistada por una poderosa vegetación que nos puede enseñar diversas lecciones, tanto en sus excesos como en sus sutilezas.
2/ Bancos y umbrales: esta zona caminable tiene en algunos de sus bordes algunos ladrillos apilados que actuarán como bancos. Permitiendo un acercamiento más próximo corporalmente a la especie morning glory. En los bancos además se instalarán una primera serie de códigos QR mostrando las arquitecturas del Iliggoceno. Éstas estarán organizadas en grupos según los temas que abrirían las distintas interacciones de nuestros cuerpos con la planta, como observamos en el dibujo (Fig.3); esas relaciones constituyen un panorama amplio acerca de los aspectos del cambio climático y las otras crisis mencionadas. Es decir, el propio encuentro de nuestro cuerpo con la planta en la instalación pone de manifiesto sin palabras los temas a los que las arquitecturas exhibidas dan respuesta: cambio climático y refugios climáticos; materiales constructivos y fachadas verdes; usos medicinales de elementos naturales, pandemias y medioambiente; resiliencia frente al cambio climático; genómica ecológica como modelo para soluciones arquitectónicas de biomímesis; calidad del aire; biodiversidad y polinización; insecticidas naturales y limpieza del suelo; producción de comida; aspectos rituales en las sociedades y el espacio público; o restauración ecológica.
3/ Mar de Morning Glory: Rodeando la zona caminable y los bancos se encuentra el que llamamos “mar de morning glory”. Es una extensión tomada al completo por la planta que generará un tapiz o marea que podemos observar. A su vez nos mantendrá al margen poniéndonos algunos límites a la especie humana (o al menos haciéndonos conscientes de cuando dejar el espacio a otras especies).
4/ Divanes: Los divanes son plataformas igualmente configuradas por la extensión de material cerámico reciclado sobre las que nos podemos tumbar. Se propone aquí un encuentro aún más íntimo con la planta ya que estos divanes estarán cubiertos por enramadas (que tendrán los redondos reciclados como soporte) y nos permitirán estar rodeados al completo por ella: por su aroma, sus colores, por la biodiversidad que genera y por la conciencia de todas las afecciones que otros seres vivos nos pueden producir y proponer. En los divanes también se instalarán una segunda serie de los ya mencionados códigos QR.
La instalación por tanto, nos habla del potencial transformador de la arquitectura a partir de una experiencia concreta ecológica que podemos percibir en primera persona.
Pretende mostrarnos por una parte el desconocimiento que por lo general tenemos de otros seres vivos: una sola familia como la Morning glory, nos alimenta (el boniato es una de las especies de esta familia), es químicamente activa – es alucinógena –, es medicinal, es usada en ritos ancestrales, descontamina y construye el aire que respiramos, nos enseña estrategias de adaptación al cambio climático o nos propicia refugio. Y por otra parte la instalación nos muestra una cierta ruina que nos habla de nuestra historia. A través del diseño del ritual de encuentro entre nuestro cuerpo y estas plantas, se procura una transformación en los imaginarios de lo posible. Atendiendo a cómo podemos ser más conscientes de nuestras prácticas y de nuestra relación con otros seres en este planeta con base en la experiencia del jardín.
La arquitectura que se muestra en la instalación nos da además un catálogo de posibilidades para la transformación de nuestros modos de vida, de nuestras economías y de nuestras ciudades.
Se estudia de forma pormenorizada la realización el jardín, siempre cuidando qué especies de Morning Glory pueden instalarse aquí e igualmente se planificará su posible retirada.
Si los materiales que dan apoyo a las morning glory son reciclados, las propias plantas también podrá serlo ya que crecen de manera espontánea en muchos lugares. Su rápido crecimiento hará posible ver cambios sustanciales a lo largo de la vida del jardín. En muchos lugares de la península está ya naturalizada la Ipomoea purpúrea. Aquí en Madrid la especie autóctona dentro de las Morning Glory es la correhuela – Convolvulus arvensis – la cuál puede ser parte fundamental de la instalación.
Monitorización y contenido
La instalación en forma de jardín, es además un instrumento para dar voz el medioambiente y a los cuerpos. Tanto en entorno medioambiental y el clima como los cuerpos son los agentes que informan a las arquitecturas del Iliggoceno.
Así, la instalación despliega el monitoreo y conocimiento acerca de estas tres líneas: Los cuerpos del Iliggoceno; El medioambiente del Iliggoceno; La arquitectura del Iliggoceno Siendo esta última la protagonista principal.
CUERPOS EN LA ERA DEL ILIGGOCENO:
Entender en qué punto nos encontramos en la Era del Iliggoceno, a nivel somático, afectivo, social, ecológico es la primera toma de conciencia para poder actuar. ¿Cómo se sienten los cuerpos diversos ante este escenario? ¿cómo dan sentido a la experiencia de esta instalación niños, mayores, bajo la mirada de género, o cultural? ¿cómo la experiencia de la instalación nos hace reflexionar sobre temas mas amplios que nos afectan a nivel ecológico, medioambiental y arquitectónico?
La aplicación que da soporte a la instalación y donde se accede para visualizar las arquitecturas del Iliggoceno y sus medioambientes permite también la recogida de datos sobre los cuerpos.
Los y las visitantes podrán contestar sencillas preguntas que informarán sobre su estado, sus imaginarios, sus sueños o sus problemáticas y miedos. De esta forma aparecerá un archivo somático de lo que los cuerpos tienen que decir. Este archivo podrá usarse también como herramienta para los diseñadores, que podremos contemplar en nuestras arquitecturas esta información y reaccionar a ella.
MEDIOAMBIENTE EN LA ERA DEL ILIGGOCENO:
Los metabolismos de los entornos urbanos y su digitalización es parte fundamental de la comprensión de este periodo incierto del Iliggoceno.
La instalación urbana, a través de sensores instalados continua o temporalmente según su carácter, analiza los acontecimientos dinámicos de intercambio entre los componentes de la naturaleza urbana, modelados como flujos de energía e información, revelando el entorno urbano como un participante activo.
Un sistema con la propiedad fundamental de ser inestable. De este modo se investigarán nuevas formas de medir los acontecimientos y las dinámicas urbanas mediante el desarrollo de aparatos sensoriales multiespectrales, desarrollando herramientas para observar el entorno más allá de las capacidades centradas en lo humano. En proyectos anteriores ya hemos establecido contacto con investigaciones con este tipo de sensores. En esta ocasión se desarrollan de la mano de los y las investigadoras en inteligencia artificial de la Universidad Politécnica de Madrid.
Los fenómenos del Iliggoceno como los relativos al cambio climático deben estudiarse en base a una multitud de transformaciones incrementales silenciosas y perceptibles a lo largo de un periodo de tiempo más prolongado: los sentidos humanos por sí solos suelen ser insuficientes para percibirlos y conectarlos. Por ello es importante codificar un órgano sensorial artificial basado en la toma de datos digital para ayudarnos a percibir dichos flujos de datos e informaciones que quedan fuera del espectro de nuestra percepción.
De este modo, se cambia la perspectiva observando la agencia e impacto sobre/y/de aquello que con demasiada frecuencia percibimos como el mero “fondo” pasivo de la acción humana. La crisis climática nos muestra un planeta con agencia en lugar del territorio a poseer y controlar que durante siglos hemos tenido en mente en el mundo occidental (Latour 2018). El aumento de agencias invisibles, biológicas o digitales, impactan nuestras actuales circunstancias sociales, medioambientales, urbanas y políticas pero permanecen en gran medida ocultas. El cambio paradigmático en la percepción que propone este proyecto, permitirá una mejor lectura y comprensión de las agencias de los “backgrounds” (el medioambiente, los fondos, el planeta, el clima, etc.)
ARQUITECTURAS DEL ILIGGOCENO:
Las arquitecturas del Iliggoceno que se muestran al acceder a los distintos códigos QR configuran una exposición virtual de posibles respuestas desde nuestra disciplina.
Para seleccionar dichas arquitecturas se establece un doble proceso tanto curatorial como de convocatoria abierta, buscando arquitecturas, prototipos e instalaciones que en sus sistemas, materialidades, o comportamientos respondan a la era del Iliggoceno (respondan a las múltiples crisis, lideradas por la emergencia climática).
También se tiene en cuenta que sean arquitecturas que respondan a la pregunta ¿para cuántas especies diseñamos?. Las arquitecturas, prototipos, materiales, etc. o sus proyectos, deberán haber sido creadas en territorio español, de tal forma que cuando esta instalación se transforma en pieza expositiva para la exposición Iliggocene: The Age of Dizziness ésta porte ese conocimiento al ámbito internacional. En la instalación se desarrollarán jornadas y eventos relacionados con este contenido arquitectónico.
Fragmento – pieza para la exposición Iliggocene – The Age of Dizziness
La instalación urbana realizada específicamente para Madrid y la arquitectura española del Iliggoceno, permanecerá en el descampado de Retamares el tiempo acordado a través de los permisos pertinentes. Esta podrá ser efímera o permanente según éstos. En todo caso en el tiempo de su implantación será filmada y convertida en un documento audiovisual.
La pieza que se exportará a la exposición Iliggocene – The Age of Dizziness será este documento audiovisual junto a un pequeño fragmento de los materiales que compusieron la instalación urbana, así como el archivo o base de datos generada por ésta consistente en las arquitecturas del iliggoceno, junto a la información sobre los cuerpos y medioambientes monitorizados.
Esta obra forma parte de la exposición internacional y de su itinerario por los diversos países e instituciones implicados.
Protocolo
El proyecto finalmente quiere crear una comunidad de prácticas arquitectónicas y de investigación acerca de la arquitectura del Iliggoceno y promoverá la réplica de la instalación urbana propuesta para Madrid en otras localizaciones siguiendo el protocolo diseñado por nosotros. Esta réplica será especialmente bienvenida asociada a los emplazamientos internacionales de la exposición Iliggocene – The Age of Dizziness y será financiada de manera independiente por los actores cooperantes.
El protocolo incluirá la selección de un lugar en ruinas y/o marginal-periférico pero urbano y en contacto con la ciudadanía, y con la historia o el presente de ser un territorio disputado; la realización íntegra con materiales reciclados del ámbito de la construcción; y la utilización de especies de la familia de las Convolvulaceae o Morning Glory.
Dependiendo del emplazamiento se considerará la necesidad de implantar las Morning Glory sobre un lecho previo de otras plantas que contribuyan a que puedan trepar mejor y a que el suelo se afiance en mejores condiciones. En el caso de Madrid puede ser especialmente pertinente. Tanto el listado de especies como los materiales específicos a reciclar se ajustarán a cada ubicación propuesta.
Base científica de la Instalación
El fondo científico de esta propuesta se alimenta por una parte de los proyectos de investigación ya mencionados “Dizziness a Resource” y “Navigating Dizziness Together” – ambos proyectos internacionales financiados por la Austrian Science Funds entre otras instituciones –; y por otra parte se nutre de las investigaciones arquitectónicas y urbanas de nuestra plataforma PSAAP con más de 25 años de experiencia en el desarrollo de proyectos, laboratorios y publicaciones de arquitectura.
La investigación más teórica asociada al Iliggoceno, se va a seguir desarrollando además de a través de esta instalación y su archivos de proyectos arquitectónicos asociados, a través de un nuevo proyecto científico internacional denominado “Dis/Orientation Matters. An Arts-Based Research on the Background as Foreground”.
En cuanto a los aspectos científico-prácticos, la instalación supone un laboratorio de estudio del medio, los contaminantes presentes en el suelo y el aire, la biodiversidad o la resiliencia en estos territorios en transición. La propia instalación produce fitoremediación para estas áreas de forma transitoria o permanente, según el futuro al que este emplazamiento se exponga. A su vez, el centro está en la vida útil de los materiales y en la investigación arquitectónica acerca de lo que desde la arquitectura se puede proponer frente a los aspectos ecológicos y climáticos, también de huella ecológica y energética, así como en cuanto a la planificación hacia una transición energética justa.
La investigación teórica y científico-práctica, de este modo, se encarga de la recogida de datos, de su organización y del desarrollo de proyectos experimentales de los posibles prototipos arquitectónicos así como de sus sistemas que tengan poder transformador e innovador. Estos prototipos se desarrollan de forma primordial en ámbitos urbanos.
La base científica por tanto trata de responder a esta pregunta:
¿Cómo podemos instigar un cambio paradigmático en la arquitectura para repensar las crisis y lo incierto (característica primera del Iliggoceno) como una fuerza generadora de innovación y cooperación en lugar de una condición calamitosa?
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Autora: María Auxiliadora Gálvez
Colaborador paisajismo: Guillermo Matamala
Comisariado: Ruth Anderwald, Leonhard Grond y Sergio Edelsztein
Fecha: 2025- ...
Localización: Madrid y otras ciudades europeas.