Museo de Historia Polaca en Varsovia
El objetivo de la nueva planificación urbanística de la zona del Museo de Historia polaca es reorganizar toda la zona desde una perspectiva urbana y paisajística, incluyendo el parque histórico Lazienki, el patrimonio histórico de casitas finlandesas de la calle Jazdow, las áreas del parque cercanas a las embajadas alemana y francesa y los taludes y la parte central del Os Stanislanowska.
El proyecto establece una nueva red de caminos y sendas peatonales vinculados a los principales ya existentes. La cobertura de la autopista Trasa Łazienkowska ofrece el área sobre la que se asienta el nuevo parque. Para el proyecto paisajístico se trabaja con las direcciones de los diferentes ejes de la zona. La intersección del eje del castillo (Museo de Arte Contemporáneo) y el eje del nuevo Museo, crea una nueva plaza. Esta plaza se convierte en el mayor espacio público en la zona. El resto de los caminos y carreteras, junto con pequeñas plazas, se entrelazan generando todo un sistema de relaciones espaciales.
El proyecto trabaja con la vegetación de una forma arquitectónica, utilizando diferentes especies en función de su color, su tamaño y su olor. El parque se piensa como un conjunto de pequeños fragmentos de modo que se pueda ir desarrollando poco a poco según las etapas del proyecto.
En cuanto a la propuesta arquitectónica, se podría decir que el edificio es un volumen compacto que establece un diálogo con el castillo. El proyecto es crear un nuevo perfil sobre Trasa Łazienkowska, vinculándolo al del castillo y al de los árboles que ahora dan identidad al lugar. De esta forma, el volumen del edificio se hace muy rico en la cubierta. La creación de una topografía producirá un nuevo paisaje en el horizonte. Esta topografía es accesible para el público en algunas zonas como por ejemplo la terraza del restaurante. La forma de este volumen de cubierta viene generada directamente por el espacio interior. La percepción espacial de cada punto de las salas de exposiciones está ligada a los acontecimientos de la historia en ese período, por lo que la experiencia en su conjunto es una ruta con espacios abiertos o cerrados, con techos bajos o altos, espacios grandes o pequeños, estableciendo un diálogo con el cuerpo, la fantasía y la memoria de los visitantes.
Las zonas comunes del edificio y los vestíbulos de entrada son diferentes entre sí, creando una “plaza interna” y “calles”. Esos espacios se entrelazan entre ellos, con la cubierta y con los alrededores: los lucernarios producen visiones diagonales entre el edificio y el cielo, y los caminos exteriores están ligados a los internos.
Un punto importante es el aspecto material del edificio. Por fuera la fachada es de aluminio con un aspecto ligeramente reflectante. De esta manera el edificio refleja sutilmente la coloración de los árboles en cada época del año. Dentro, cada lucernario puede tener su propio acabado en función de la galería y el período que se trate. Algunos de ellos son dorados aportando una apariencia cálida al interior.
Autoras: María Auxiliadora Gálvez e Izabela Woeczorek (G+W Arquitectura)
Colaboradores: Estrella de Andrés, Juan Lobato Cabredo, Ricardo García Navia, Carlos Torres Mansilla, Ignacio Diez Prieto
Fecha: 2009
Emplazamiento: Varsovia, Polonia